La amistad de jóvenes estudiantes comienza a finales de los años 70 en la facultad de Ciencias de la Computación, y los uniría de por vida. Pero la realidad fuera de la vida académica no tenía contornos lúdicos. En los vacíos dejados entre la obsolescencia de viejas tecnologías, nuevas reglas de la legislación tributaria, nuevos protocolos de comunicación con el mercado financiero, clientes y proveedores, más las constantes evoluciones de las reglas de cumplimiento, está el epicentro de la creatividad de mentes brillantes, aunque para fines malévolos. Emanuel y Paulo tenían que evaluar y resolver estos desafíos. Fue durante esta evaluación que Paulo descubrió el sofisticado esquema de desvío de capital. La sofisticación se basaba en nuevas tecnologías y en el vacío de la obsolescencia de sistemas de gestión, reglas de cumplimiento frágiles y, principalmente, administradores de carácter dudoso. Además de la arquitectura, el principal mérito del esquema era la no rastreabilidad de las acciones y del dinero. Pero para Emanuel eran 2 problemas a resolver, pues debido a su descubrimiento, la vida de Paulo fue truncada. Fue un plan perfecto en su concepción y ejecución. Nuevamente no dejaron rastro. Emanuel fue a buscar ayuda a un viejo amigo. Limitados por sus convicciones religiosas, morales y éticas, ambos usaron todo su conocimiento y competencia para lograr que: La Verdad Siempre Aparece