España invertebrada, publicada en 1921 por José Ortega y Gasset, es una de las obras más influyentes del pensamiento político y sociológico español del siglo XX. En este ensayo, el filósofo analiza las causas de la descomposición política y moral de España, utilizando la metáfora de un cuerpo "invertebrado" - sin cohesión ni estructura interna - para describir la falta de unidad y proyecto común entre sus regiones y clases sociales. Ortega sostiene que la crisis de España no se debe solo a factores políticos o económicos, sino sobre todo a una crisis moral e intelectual. Según él, las "partes" del país - regiones, grupos sociales, partidos - han perdido su sentido de pertenencia al "todo", es decir, a la nación. Esa desarticulación social provoca lo que denomina la "invertebración" de España: una sociedad sin dirección ni ideal común, donde cada grupo busca sus propios intereses. El filósofo contrapone dos modelos de vida nacional: el de los pueblos que poseen un "proyecto sugestivo de vida en común", capaces de integrar sus diferencias en torno a una meta superior, y el de los pueblos que carecen de ese impulso integrador y acaban por fragmentarse. En su diagnóstico, España necesita una élite intelectual y moral que oriente a la sociedad hacia un proyecto nacional renovador, superando el localismo, el particularismo y la inercia histórica.